SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
Muestra con evidencias lo que ha hecho Jesús en ti.
Mateo
11:2-15.
Y
al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus
discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos
a otro?
Se hallaba Juan en la
terrible fortaleza de Maqueronte, situada al sur de la Perea, detenido por
Herodes Antipas, por la crítica aguda que le estaba haciendo a su corruptela moral.
Juan es el último profeta
del Antiguo Testamento, representa el último símbolo de la ley como guía hacia
el Redentor. San Pablo afirmaba que la ley fue puesta por las transgresiones de
los hombres para que sirviera de guía o de ayo hacia el Mesías. Y he aquí Juan
encerrado en la prisión, sufriendo las consecuencias de su predicación,
anticipando los sufrimientos del Mesías del que predicaba.
Por causa de su misión los
discípulos de Juan se acercan a él esperando respuestas. Juan les había hablado
incansablemente de que él era un simple mensajero de aquel que había de venir.
Les había referido que él era la voz de aquel que clama en el desierto, que él
solo preparaba el camino del Señor.
Los discípulos de Juan
habían sido instruidos en que Jesús, aquel que fue bautizado por el Bautista y
del que descendió el Espíritu Santo, era el Cordero de Dios que quitaba el
pecado del mundo. Él en su encierro, sin embargo, estaba feliz al conocer el
crecimiento de Cristo que él había predicho. A pesar de ello, Juan temía que
sus discípulos, una vez muerto el mismo, se disolvieron como grey sin pastor.
Por eso envía a dos de ellos a Jesús para preguntarles si era Él verdaderamente
el que había de venir. No duda de que Jesús es el Mesías, pues Dios se lo había
revelado en el Jordán. Juan pretende que sus discípulos estén totalmente
convencidos de que Jesús era el verdadero Mesías de Israel, el Santo de Dios,
en torno al cual se reunirían las naciones.
Juan enviaba a sus
discípulos a que vieran con sus propios ojos aquello sobre el cual les había instruido
previamente. ¿Cuál es la respuesta de Jesús? Mirad alrededor. “Los ciegos ven, los sordos
oyen, los muertos resucitan y a los pobres es anunciado el Evangelio”. No me
creáis a mí Creed a mis obras. Creed al profeta Isaías que ya predijo mi venida
hace siglos.
Juan estaba actuando
inteligentemente. Al ver que su muerte se aproximaba quiere evitar la
dispersión de sus discípulos y que toda su obra se desvanezca. El quiere que
todo se reúnan en torno al Buen Pastor. Por ello los manda a ver al propio
Jesús.
Ahora te pregunto. ¿Has seguido el procedimiento de Juan en tu vida cristiana para enseñar a tus amigos o allegados la verdad del Evangelio? Juan adoctrinó a sus discípulos más también les dio evidencias de la doctrina que estaba predicando.
Cuando se acerque a alguien
preguntando por Jesús como no solo lo confieses sino darle también las pruebas
de lo que Jesús hizo por ti, pruébale con tu nueva vida que Jesús murió por ti
para que tú murieras al mundo. Enséñale tu nuevo nacimiento. Muestra con
palabras y con tus obras que ya no mora el pecado en ti, sino que es Cristo el
que vive en ti.
En esta temporada de
Adviento vamos a mostrar a todos aquellos que nos rodean que Jesús es el Hijo
de Dios encarnado, que Jesús nació, murió para salvarte a ti y a todos los que
en el creen. Que existe una única vía para no morir mas para alcanzar la vida
eterna: Jesús, el Mesías, el único camino al Padre.
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